Un médico de la región reconoció: «Sí, tenemos miedo»

Un médico del Departamento San Jerónimo expresó a través de las redes sociales las sensaciones que los embargan a los profesionales de la salud en tiempos de pandemia.

El profesional escribió una carta en la que da a conocer su postura, y cómo viven esta época de pandemia. Santiago Discaciati, se desempeña como médico de guardia del hospital «Federico Meroi»

Los médicos en la primera línea de batalla. Los temores de la prestación del servicio

Aquí la carta:

Algunos piensan si los que estamos en salud, los médicos, tenemos miedo. Cómo nos sentimos en esta pandemia, en esta situación. Te cuento como lo vivimos.

Me toca dormir pocas horas, si son 4 o 5 parecen mucho, a veces 6 hs es un lujo. Los múltiples trabajos, las guardias, las responsabilidades con cada paciente teniendo en cuenta que los errores se pagan muy caros en salud. Nadie hace las cosas en forma automática.

Todo es pensado con los criterios que hemos aprendido en nuestra formación que es continua si querés mantenerte en pos de una mejor atención y servicio. Es una vocación? Claro que sí, pero también es un trabajo, es nuestra forma de vida. Me cambio y me descambio unas 10 o 12 veces por día según la situación. A eso agregale que en cada paciente me pongo sobre mi ropa de trabajo otra más, un barbijo N° 95 que no me deja respirar bien, y sobre ese uno quirúrgico para tener más protección. Un mameluco que te hace transpirar la vida, y una cofia en la cabeza, y luego mi máscara facial. Las botas y 3 pares de guantes que luego me sacaré en forma lenta pensando que no puedo descambiarme mal porque me voy a contaminar.

A veces un compañero te rocía con la dilución o con amonio cuaternario y te va diciendo como sacarte las cosas así no lo tenes que pensar tanto vos. Porque aunque lo sabes, después de un procedimiento siempre estás con la cabeza a mil, además de sofocado por el escaso aire que te deja entrar el barbijo.

Y sí, tenemos miedo, estamos expuestos muchas veces. A veces el paciente no te dice todos los síntomas porque pareciera que no quiere que le digan que puede ser COVID-19 y surge el hecho de que tenes que preguntar y re preguntar para que al final te termine contando la verdad.

Terminás el procedimiento, la atención o lo que fuere, y hay otro esperando o una llamada de la sala que algún paciente internado se descompenso o a veces tenes que constatar un obito y dar la noticia a su familia y seguir con el otro paciente.

Nuestras familias ni nos ven, hablás por celu, haces una videollamada y seguís. La noche se hace larga pero es lo que elegimos claro. Sin embargo la realidad es que vas de aquí para allá, a veces como en mi caso de una ciudad a otra, manejando sin dormir las horas necesarias.

Y se quejan porque tenes mala cara o porque ese día no sonreía como siempre. Y llegás a tu casa y tratas de pensar si hiciste todo bien para no contagiar a tu familia. No podemos tener ningún síntoma sino debemos hisoparnos. Ni hablar que la mayoría somos monotributistas y si no trabajás no cobrás.

Estas rezando por no enfermarte y al mismo tiempo te acordás que venís haciendo un curso porque te estás perfeccionando o porque estás haciendo un posgrado y tenés algunas horas que robarle al sueño y a tu hijo porque debes leer y estudiar. Y tu familia sabe que te acompaña y al mismo tiempo te quiere en casa cuando estás en casa sin estar ausente.

Sí, tenemos miedo, porque el miedo es una alerta para la vida. Pero ese miedo tambien te genera angustia, dolor de pecho. Ni hablar que no podes salir porque como sos profesional de la salud no podes salir ya que sos un riesgo para otros.

Que si tenemos miedo?
Claro que sí…. El miedo es algo más con lo que lidiar. Como cuando tu paciente entró en paro y mientras lo estás resucitando vas pensando todo lo que viene las drogas que vas a usar y esperar que salga del paro, mientras te vas turnando con tu compañero para hacer las maniobras y no agotarte más de lo que ya venís…

No somos robots, somos personas, personas muchas veces con una profesión no valorada lo suficiente. Pensando que nuestros sueldos son indignos pese a nuestra formación y a que si querés mejorar te vas pagando con tu dinero los propios cursos y formaciones.

Y de que sirve contagiarse e incendiarse con una neumonia para terminar en un respirador y morir…. Para que te digan que bueno fue, que buena persona…. Cuando en realidad dejaste todo por nada. No necesitamos un aplauso, ni ahora ni cuando nos están despidiendo en un cajón. Necesitamos que el pueblo entienda que importante es un médico formado y que lo valore, que lo valore más que una entrada de fútbol y que un partido. Que entienda que estamos allí y que vamos a seguir estando a pesar de…. Muchas situaciones.

Hoy necesitaba decirlo, que supieras que estamos al límite muchas veces, pero seguimos y seguiremos dando lo mejor».

Dr. Discaciati Santiago
MN 174395