Hilda Knaeblein: «Mis clientes tienen un miedo bárbaro»

La abogada corondina se presentó como querellante en la causa que investiga a un policía por violencia y vejaciones en la URXV

El juez de la Investigación Penal Preparatoria (IPP), Sergio Carraro, liberó este sábado al subcomisario que presta funciones en la Unidad Regional XV de la ciudad de Coronda y había sido imputado de haber cometido una serie delitos contra una personas que se acercaron a la dependencia.

La doctora Hilda Knaeblein es asesora de la pareja de denunciantes y habló con Coronda Registrada sobre los hechos y como puede seguir la causa. Entre los delitos que se le atribuyen al policía se destacan los de «privaciones ilegítimas de la libertad, abusos funcionales y vejaciones».

La letrada dijo que «nosotros podemos convertirnos como querellantes, hoy somos pretensos querellantes porque hice una presentación ante el doctor Hernández. Los hechos son graves. Es un matrimonio que, cuando comienza la pandemia, recibió la visita de la Policía porque en su hogar tenía música a alto volumen. En la parte de adelante de la casa viven los padres de la mujer denunciante. Eran las 22.30 y a ellos les pareció que había otros métodos para decirles lo que tenían que hacer».

Más adelante, Knaeblein agregó que cuando ingresan a la casa les dijeron que «tenían que hacer caso porque lo iban a llevar a la Policía», entonces manotearon a la mujer. Mi cliente hizo un par de intentos para comunicarse con la Policía pero no pudo y decidió ir hasta la Jefatura.

Cuando le comentaron que se acerque a la Policía, fue a hacer la denuncia y ahí lo que vivieron fue un verdadero infierno.

«Cuando llegan a Unidad les dijeron que le pongan los grillos (esposas) a dos personas que habían ido a denunciar un abuso de autoridad en su domicilio. El policía, que ahora fue liberado, ordenó que lo detengan y a mi cliente lo llevaron a un calabozo, allí lo golpean, lo desnudan y le sacan fotografías. El muchacho hasta me manifestó que le hicieron besar las botas del efectivo».

«La mujer estuvo 13 horas esposada en una escalera, durante todo el tiempo que pasó todo la colocaron con los brazos en alto, sentada y alejada de su marido. Lo de la libertad es una alternativa, el policía no puede ingresar a la ciudad de Coronda, va a vivir en Gálvez y nosotros hemos pedido que se informe los días que tiene permitido venir a ver a sus hijos. Mis clientes tienen un miedo bárbaro» finalizó la abogada.