
Tras el incendio en el cual debió intervenir el Cuerpo Activo en la jornada de sábado y que terminó con tres locales comerciales afectados (uno de ellos con pérdidas totales), se generaron algunas polémicas en las redes.
Entre ellas la de las limitaciones con las que cuenta la institución para contar con el equipamiento necesario en este tipo de siniestro. En medio del voraz incendio, el camión debió ser asistido por una cisterna de la Municipalidad.
Por esa razón, no tardaron de llegar las críticas de algunos internautas que criticaron el porqué no se están sumando nuevas voluntades para aportar a través de la cuota societaria.
En un comunicado, la institución dijo que hay motivos para explicar esa situación. «Nos hemos quedado sin cartones impresos tanto en el cuartel como entre los cobradores. Además, teniendo en cuenta que el próximo 22 de agosto se realizará la asamblea donde se tratará el valor de la cuota societaria, se decidió esperar a tener nuevos cartones con valores actualizados» dijeron.

El descargo de una bombera
Tras el siniestro del sábado, también se sumaron algunas pocas críticas al accionar de los voluntarios aunque la mayoría de las personas que interactuaron en el suceso valoraron la actitud de los jóvenes que componen el Cuartel.
Ludmila Zurita, a través de una nota que compartió en redes, contestó a esos planteos. Hoy necesito escribir esto, no para buscar aplausos ni para victimizar, sino para desahogar y, sobre todo, para que se entienda lo que significa ser bombero voluntario.
«Hoy (por ayer) hubo un incendio complejo en Coronda. Fue un día duro, de esos que dejan física y emocionalmente agotados. Y como si no fuera suficiente con la situación, mis compañeros fueron agredidos verbalmente, atacados con comentarios despectivos hacia nuestra labor y hacia toda una profesión que, aunque no lo parezca, está compuesta por personas que dejan todo, incluso su vida, por los demás. Nosotros no somos héroes, ni queremos serlo» dijo.

«Somos voluntarios. Eso quiere decir que nadie nos obliga, que no cobramos un sueldo por esto, que lo hacemos porque creemos que ayudar a los demás vale la pena. Lo hacemos con preparación, con vocación, con sacrificio. Dejamos familia, trabajo, descanso… por estar cuando se necesita. Y lo hacemos con orgullo. A quienes critican desde la ignorancia, los invito a que se acerquen a un cuartel, que se pongan un equipo estructural con 40 grados de calor, que entren a una casa en llamas donde no se ve nada, y que intenten salvar lo que puedan… a ver si después siguen pensando que esto es un “pasatiempo» o que estamos apoyados en una manguerita esperando el agua» agregó la joven.
«Lo único que pedimos es respeto. Porque mientras muchos opinan desde la comodidad, nosotros estamos donde nadie quiere estar. Y no por reconocimiento, sino por vocación. Y ya que se habla tanto desde el desconocimiento, aprovecho para contar algo más: no contamos con una cisterna, una unidad con gran capacidad de agua, simplemente porque no podemos costearla, por eso se solicito el apoyo de la municipalidad. Tiene un altísimo valor, y aunque es fundamental para nuestra labor, no contamos con los recursos. En lugar de criticar o señalar lo que falta, lo ideal sería que la comunidad se acerque, se involucre, colabore, organice colectas, done, ayude. Porque es fácil juzgar desde afuera, pero lo verdaderamente valioso sería sumar y construir juntos un cuartel con el equipamiento que realmente necesitamos y merecemos» finalizó.