En una denuncia que realizó el padre en la Unidad Regional XV de Policía en horas de la siesta de ayer lunes se buscaba el paradedo del joven corondino, empleado penitenciario y músico, Gabriel «Cepi» Oliva.
En horas de la madrugada su madre hizo un posteo en las redes sociales que tranquilizó a todos: «Gracias a Dios apareció Cepi. Gracias a todos lo que se han preocupado y por su apoyo incondicional. A los que llamaron y escribieron» (Liliana Frutos – mamá de Gabriel Oliva por quién se pedía el paradero).
La denuncia la radicó Héctor, de 57 años quién relató que su hijo el llamado Gabriel Eduardo Oliva apodado «Cepi» de 27 años de edad, se retiró de su lugar de trabajo en el complejo penitenciario ubicado en la ciudad de Rosario el día sábado y manifestó que se quedaría a dormir allí pues hoy tenía que volver a trabajar.
En la fecha el denunciante contó que había recibido un llamado informando que el joven no se había presentado a su trabajo. Ante reiteradas llamadas al celular celular este le daba apagado y solo recibió un mensaje de texto común que decía «ME VOY A BUENOS AIRES»
El denunciante desconoció el paradero exacto de su hijo y que temía que le pudiera haber ocurrido algo como así también que al momento de irse solo llevaba consigo el uniforme laboral, pero que tenía dinero en efectivo, pues había cobrado su sueldo.